A lo largo de su vida, el hombre va formando su personalidad, su forma de actuar y de pensar; tiene sus convicciones y principios.
Y los mantiene... hasta que se enamora.
Ahí, comienza a sufrir grandes cambios. Cambios físicos, cambios en el humor, en la forma de vestirse, en los lugares para vacacionar, en la forma de afrontar la vida y hasta en la forma de hablar y entonces hace una regresión de por lo menos 15 años, entre muchas cosas la mas notable es q empieza a hablar como bebé, por no decir como idiota. Pero el cambio que más alarma es que el amor tarde o temprano hace la costumbre, la costumbre hace un asco, y por ende, nos vuelve asquerosos.
El ser humano, una vez que conoce al amor de su vida, a su media naranja, a su mamasita y por qué no, a la luz de sus ojos, comienza a hacer una serie de cosas antes impensadas, inconcebibles e inexplicables. Cosas que no entran dentro del marco de lo normal, cosas que atentan contra la moral, el orgullo propio, su integridad y sobre todo la higiene.
En el reino animal, los primates se sacan los piojos entre sí.
Algunos lamen a otros y hasta suelen oler el orificio anal de su compañero.
Pero como dije antes, ¡son animales!
¿Cuándo imaginaste que ibas a terminar pasándote un chicle de boca en boca con alguien? ¿Explotando una espinilla en la espalda o en la cara? ¿Prestando tu jabón? O diciendo cosas como: “Ay mi amor, te quedo en el diente una conchita de las caraotas que comiste al almuerzo , abre la boca que te la saco con mi uña.”
O frases como: “Vida, trae mi pincita del baño que te saco los pelitos de la nariz.” Y, si eres hombre la peor de todas: “Muchachos, no me cuenten para la parrilla que no puedo ir (no me dejan ir).” Un asco!!
El amor logra que accedas a que te besen con el peor aliento de dragón a la mañana. Y no sabemos cómo lo consigue, pero hace que éso no te importe. Y lo más triste, logra que te molestes si algún día dejan de hacerlo.
Uno puede dudar de su trabajo, sus amigos, de su religión, de su corte de pelo, la decoración de su casa, hasta del almuerzo. Pero que el amor te vuelve asqueroso, de eso no hay dudas.